Todos o casi todos entendemos que nuestro país está atravesando por una crisis nacional general. Pocos son, sin embargo, los que se animan a caracterizar que esta crisis es el resultado de un problema de identidad colectiva.
Los principales líderes de los movimientos sociales, étnico culturales y regionales mienten, simulan y no enfrentan el problema central: está en duda el Yo Común, el Ser Colectivo, el Coestar (Co-Estar) y la Comunidad (Común - Unidad) en Bolivia, como un "estar y habitar en el mundo".
De aquí que, los emergentes movimientos sociales y la nueva pero aún pequeña burguesía nacional, no puede salir de su asombro ante sus posibilidades de convertirse en "clase para sí" a nivel nacional y, sin considerar que las bases materiales de su reproducción como clase moderna radican en la consolidación del mercado interior, prefieren apostar al endeble y romántico discurso de Dictadura VS Golpe de Estado.
Si lo que está en duda es la viabilidad de Bolivia como Nación, entonces: dejemos los subterfugios y las falsas poses de reivindicación étnica, regionalista e incluso de distinción. Enfrentemos el debate con seriedad, sin demagogia y con las mismas posibilidades de disputar la opinión del único soberano: el pueblo boliviano.
Debatamos entonces frente a los falsos discursos de Dictadura VS Golpe de Estado. que de alguna forma están atrapados en las redes de una supuesta culpa de origen étnico, el construir una identidad sin prejuicios. Un debate ideológico donde, sin desconocer las deudas históricas que existen con aymaras, quechuas y tupí guaraníes, se planteen proyectos de nación, más allá de los requiebros quejumbrosos de una dirigencia sin capacidad propositiva.
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